LOS HIGOS Y SUS USOS EN LA GASTRONOMÍA
Los higos, frutos dulces y jugosos que cuelgan de los árboles de higuera, han sido venerados por su sabor exquisito y versatilidad en la gastronomía desde tiempos antiguos. Estas pequeñas maravillas, ya sea frescas o secas, han encontrado su camino en platos tradicionales y contemporáneos, añadiendo un toque de dulzura y complejidad a una amplia variedad de preparaciones culinarias.
Los higos tienen una historia rica y diversa que se remonta a miles de años. Originarios de la región de Oriente Medio y el Mediterráneo, estos frutos han sido parte integral de la dieta de muchas culturas. Hoy en día, hay numerosas variedades de higos, cada una con su propio perfil de sabor y textura única. Algunas de las variedades más populares incluyen la Black Mission, la Brown Turkey, la Kadota y la Calimyrna.
Los higos pueden ser disfrutados de diversas formas en la cocina. Frescos y crujientes, son una deliciosa opción para el consumo directo. Su sabor agridulce y su textura única los hacen ideales para ensaladas, añadiendo un contraste agradable a ingredientes como queso de cabra, nueces y verduras de hojas verdes.
En la repostería, los higos añaden un toque de dulzura natural a una variedad de platos. Pueden ser utilizados en tartas, pasteles, muffins y panes, creando postres que son tanto visualmente atractivos como deliciosos. Además, los higos secos son un componente clave en muchas mezclas de frutos secos y barras energéticas, proporcionando energía y sabor en cada bocado.
La versatilidad de los higos se extiende a su capacidad de ser combinados con una amplia gama de ingredientes. Se complementan maravillosamente con quesos de sabores intensos como el queso azul, el queso de cabra y el queso ricotta. También pueden ser parte de platos salados, como en pizzas gourmet con prosciutto y rúcula, creando una experiencia gastronómica inolvidable.
En cuanto a los maridajes, los higos se llevan bien con vinos dulces y fortificados, como el Oporto, el Jerez y el Moscatel. Su dulzura natural equilibra las notas de estos vinos, creando una armonía sensorial en el paladar.
Además de su sabor y versatilidad culinaria, los higos también ofrecen beneficios nutricionales. Son una buena fuente de fibra dietética, lo que puede ayudar a la digestión y la regularidad intestinal. También contienen vitaminas y minerales esenciales, como vitamina B6, vitamina K, potasio y magnesio.
Los higos son mucho más que simplemente una fruta dulce. Su rica historia, variedad de sabores y versatilidad culinaria los convierten en un ingrediente apreciado en la gastronomía de todo el mundo. Ya sea en platos salados o dulces, frescos o secos, los higos añaden una dimensión única y deliciosa a la experiencia culinaria, recordándonos la maravilla de los ingredientes naturales en su forma más sabrosa.
A continuación os dejamos una receta para chuparos los dedos:
Ingredientes:
Lavamos bien los higos porque los vamos a comer con la piel. No os preocupéis porque al hornearse su piel va a quedar fina y suave no áspera como es originalmente.
Pelamos las nueces y cortamos el corazón en 4 partes.
Cortamos el queso de cabra, yo me ayudo de un saca-corazones de manzanas así ya me quedan cilíndricos justo para meterlos en el higo. Si tenéis uno podéis hacerlo, si no con el cuchillo.
Ahora, con ayuda de un cuchillo pequeño y bien afilado hacemos un agujero cilíndrico en los higos que vaya desde el rabillo hasta abajo pero sin llegar a la piel.
Una vez hecho el agujero nos ayudamos con el cuchillo para empujar la carne del higo hacia los laterales y dejar bien hecho el hueco.
Una vez hecho esto ponemos en el fondo un cuarto de nuez y encima el queso de cabra tapando el agujero.
Repetimos en todos los higos que vayamos a hacer.
Precalentamos el horno a 180º
En una bandeja para horno colocamos los higos y les echamos un chorro generoso de vino de oporto y miel de encina sobre los higos y la bandeja para que caramelice con el calor.
Metemos en el horno durante 15 minutos función aire.
Pasado este tiempo paramos el horno y ponemos unos minutos opción grill para que se gratinen un pelín. Esto solo lo hacemos un par de minutos o tres.
Por último para emplatar colocamos los higos, machamos nueces en un mortero y se las espolvoreamos por encima, le añadimos con una cuchara el jugo que ha quedado en la bandeja y otro chorrito de miel.
Es una auténtica golosina de lo ricos que están.
¡Buen provecho!
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